Dominicano asesina de un disparo en la cabeza a su hija de cinco años luego se suicida
Puerto Rico.-
Un dominicano asesinó de un disparo en la cabeza a su hija de cinco
años supuestamente para causarle dolor a la madre de quien estaba
separado y luego se suicidó.
El suicida es Manuel Pimentel, de 30
años, quien era empleado en una gasolinera y estaba separado de la madre
de la niña hace seis meses, las autoridades presumen que mató a la
menor para causarle dolor a su ex pareja, Mindy Cortijo, con quien
había procreado a Yarelis, la niña asesinada.
La tragedia ocurrió la medianoche del
miércoles, en un apartamento de la segunda planta de la residencia #367,
de la calle Merlhoff, en barrio Obrero, Santurce, donde Pimentel vivía
hace poco tiempo.
Supuestamente, Cortijo tenía una nueva
pareja pero Pimentel se mantenía en contacto con su hija y fue descrito
como un padre protector.
La noche del crimen, la niña fue a ver
una película con su papá y pasada la medianoche, el hombre le envió un
mensaje de texto a su ex esposa, quien estaba laborando en un hotel del
complejo residencial Palmas del Mar en Humacao donde le anunció que
había matado a su hija.
Sin embargo, no fue hasta las ocho de la
mañana del jueves que Cortijo leyó el mensaje y acudió a la División
de Violencia Doméstica del Área policiaca de Humacao, donde se querelló.
A pesar de que se comenzó a coordinar
con la Policía del área de San Juan un plan para localizar la residencia
de Pimentel, los esfuerzos para dar con su paradero y el de la menor se
retrasaron debido a que solo el tío político de la niña, que labora
como policía y es residente en Barrio Obrero, era el único que mantenía
el contacto con él y servía de intermediario para llevarle a su hija,
según recoge el diario puertorriqueño.
El director de la Rama Investigativa del
área de San Juan, capitán Rolando Trinidad, reveló que a raíz del
cambio de actitud de su ex pareja -tras la separación-, la madre de la
menor había solicitado una orden de protección al tribunal que había
expirado el pasado diez de junio y, aunque estaba en proceso de
solicitar una extensión de la orden, la Policía no había podido
localizarlo para notificarle la citación.
“A pesar de que estaban separados había
una buena comunicación, la información que tenemos es que no había
indicios de que la maltratara, obviamente a través del tío político, se
mantenía la relación paterno filial”, declaró el oficial.
Según vecinos, cuando las autoridades
llegaron a la escena encontraron a dos mujeres llorosas gritándole a
Yarelis que abriera la puerta.
Nuris Rojas sostuvo que a eso de las 11
de la mañana escuchó los gritos desesperados de quien en un principio
creyó eran de la mamá de la fallecida. “‘Por favor, Yarelis, abre la
puerta’... las muchachas estaban llamando a la nena para que les abriera
la puerta, llorando”, manifestó.
Uno de los policías que llegó a la
escena abrió una hoja de la ventana de la habitación y observó borrosa
la escalofriante escena: sobre la cama estaba el cadáver de la menor, a
quien su padre le propinó un disparo de contacto en la sien izquierda y
le tapó el rostro con una almohada para, aparentemente, no ver su
rostro. Al lado de la niña yacía el cadáver del hombre con una herida en
la oreja derecha. Un vecino les prestó un martillo, con el que abrieron
la puerta.
Al lado de los cuerpos estaba una nota
suicida en la que, a pesar de pedir perdón, el padre le adjudica
responsabilidad por lo sucedido a la madre, ya que quería que sintiera
el dolor de quedarse sola, igual que él lo padeció cuando ella lo
abandonó estando enfermo.
Los vecinos se manifestaron consternados
pero nadie dijo haber escuchado alguna detonación. Un anciano, vecino
de la casa del lado, afirmó que duerme bajo los efectos de fármacos y no
le es posible despertar por algún ruido. No obstante, dio fe de que era
un padre cariñoso con la niña.
“Yo no sé nada, no escuché nada. Yo lo
veía salir con su hijita para la escuela dos o tres veces, era bien
humilde”, expresó el anciano.
katia olaverria/Agencias